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Dos veces nuestra ciudad ha sufrido el ataque alevoso contra sus hijos.
Redacción General – enero 28 de 2018
Con Fredy López Gutiérrez sucedió algo muy particular. A la presentación personal surgió una empatía que selló una amistad que no podemos decir que nos «conocimos», no hay palabra más extraña que esa, ni siquiera uno mismo termina de conocerse, pero por el contrario las pocas veces que Dios nos permitió conversar, intercambiar conceptos u opinar sobre diversos tópicos, encontramos en este joven agente de la institución policiva a un ciudadano bien fundamentado, preparado y con una capacidad de análisis de la problemática nacional, que en una ocasión a manera de charla le expresamos que podía escribir algo para esta publicación y que tendría las puertas abiertas, cuando así lo resolviera. Sus compromisos con la Policía Nacional a la que sirvió con honestidad y con profesionalismo, no le permitieron que esto se convirtiera en realidad, pero eso no fue impedimento para que su respeto y admiración por este oficio del periodismo se mantuviera y siempre expresara su invitación para que no decayera nuestra propuesta comunicacional en las redes, lo que le permitían en donde estuviera destacado por la Policía Nacional, «enterarse de lo que sucedía en su tierra».
La mañana del sábado 27 de enero, mientras se aprestaba a servir a los demás, la muerte se lleva toda una expectativa, sueños y proyectos, de un muchacho de familia humilde que no logró cumplir su objetivo de mejorar las condiciones de vida de su «vieja» y de su familia, como era su pensamiento desde que ingresó a realizar el curso en la Escuela de Policía, porque una acción demencial de individuos indeseables, le cortan el hilo de la existencia y con ello asesinan no sólo las esperanzas de Fredy López Gutiérrez, sino del resto de servidores de la Policía que el sábado resultaron víctimas de un ataque aleve y condenable en la ciudad de Barranquilla.
Y particularmente nuestro pueblo, Ciénaga, en el mismo mes de enero resulta agredida en dos de sus hijos y precisamente en el ejercicio de su actividad en la Policía Nacional, dos jóvenes de los que se conserva el recuerdo de su personalidad, de su excelente comportamiento y de su trato incomparable con quienes fueron siempre sus amigos y vecinos y con sus propios compañeros de institución en donde se les reconoce por esa condición especial de colaboración, de voluntad y de respeto para con los demás en cumplimiento de sus obligaciones laborales.
El pasado 11 de enero en Arauca en un atentado criminal atribuido al ELN perdió la vida el agente Rafael Martínez Lora de 24 años y este sábado en ataque explosivo le arrancaron los sueños a Fredy López Gutiérrez, de 29 años de edad ambos pertenecientes al sur de Ciénaga, lo que tiene conmovido a un amplio sector de nuestra sociedad que ha resultado agredida en menos de un mes con la muerte de dos de sus hijos cuya disciplina y honorabilidad le granjearon la distinción y confianza de sus superiores en la Policía Nacional y de los ciudadanos que tuvieron la oportunidad de tratarlos como miembros de familias humildes pero con una formación exigente y acorde con los principios morales y éticos que demostraron en la institución policiva a la que sirvieron y por la que ofrendaron su vida. Recordaremos a Fredy López Gutiérrez como un agente del orden que quiso ser periodista y que tenía la virtud de ganarse el cariño de sus congéneres por el trato que daba a los demás.
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