Los cienagueros nos hemos acostumbrado a convivir con las corrientes y lagunas de aguas negras y putrefactas que se forman en nuestras calles con la llegada de las épocas de lluvia cada año. Son los barrios del oriente y suroriente los mas afectados; sin desconocer que este mal también afecta otros barrios del norte y occidente de la ciudad. En general la afectación es para toda la población; los fétidos olores son permanentes e insoportables y no me explico cómo puede la gente vivir en esas condiciones, a riesgo de afectar su salud, especialmente la de los niños.
La pregunta que nos hacemos es la de siempre: Qué han hecho las diferentes administraciones municipales para eliminar tan grave problema; la respuesta es simple, nada. Tan solo en la administración de Luís Gastelbondo fue construido el canal Mar de Plata con el fin de recoger las aguas lluvias que confluían sobre la calle 9; pero la disconformidad del terreno impide su evacuación total, y a esto hay que agregarle las aguas negras que brotan de los manjoles del viejo alcantarillado de la ciudad.
Esta lamentable condición de vida a que ha sido sometida la gran mayoría de nuestra población es injusta e inadmisible, si tenemos en cuenta que este municipio ha recibido alrededor de 500 mil millones de pesos por concepto de regalías. Ciénaga, hizo parte de los municipios privilegiados con las regalías como municipio portuario, antes de la aparición de los llamados OCADS. Según el artículo 15 de la ley 141 de 1991, modificado por el artículo 14 de la Ley 756 de 2002, el noventa por ciento (90%) de los recursos de regalías y compensaciones monetarias distribuidos a los municipios productores y a los municipios portuarios estaban destinados a la inversión en proyectos de desarrollo municipal que estuvieran contenidos en el plan de desarrollo, con prioridad para aquellos dirigidos al saneamiento ambiental y para los destinados a la construcción y ampliación de la estructura de servicios de salud, educación, electricidad, agua potable, alcantarillado y demás servicios públicos básicos esenciales.
Las preguntas finales que nos hacemos los ciudadanos de este ente territorial son: adónde ha ido a parar tanta plata. A caso los cienagueros no deberíamos contar con los mejores servicios públicos en la región, especialmente de acueducto y alcantarillado. De qué ha valido el sacrificio de pescadores y parceleros desplazados de sus habitas de trabajo. Qué es lo que en realidad hemos recibido a cambio de la contaminación de nuestro medio ambiente. La respuesta es triste y desconcertante, todo sigue igual, o quizás peor.
Mi llamado de atención va dirigido a las organizaciones populares, especialmente al movimiento comunal. Es desde nuestras propias comunidades que debe partir las tareas y los compromisos por organizar con sentido solidario y participativo la lucha social de masas. Elaborar a través de la planeación los proyectos sociales y demandar del ejecutivo su inclusión en el plan de desarrollo municipal. Exigir la elaboración de los presupuestos locales con la participación de las organizaciones comunitarias. Conformar las veedurías ciudadanas por cada proyecto de desarrollo municipal; y ante todo, despojarse del paternalismo gubernamental que tanto daño le ha hecho al movimiento comunal, y a cambio asumir con decoro su independencia y su autonomía, sin que ello signifique romper lazos con la institucionalidad. Todo lo contrario, es convertir el movimiento comunal en una fuerza organizacional de apoyo a las políticas públicas del gobierno municipal.
06 de diciembre de 2016